As del ciclismo: Joan Babot

Desde la sección «As del ciclismo» hemos tenido el placer de conocer (on line) a Joan Babot, para hablar con él sobre la bicicleta a todas las edades, Joan entre otras muchas cosas es protagonista de una de las historias del libro de Martín Vivancos:  “Persigue tus sueños”. Joan es un abuelo en bicicleta (74 años) con mucha historia detrás (literalmente es abuelo, disfruta de su pasión por la bicicleta pedaleando junto a sus hijos y nietos).

Trabajador desde muy joven, compaginó el mundo laboral con el fútbol, cuando ser futbolista no era sinónimo de tener la vida resuelta. Jugador de las categorías juveniles y promesa del FC Barcelona, debutó con el primer equipo y fue portero de la selección catalana en dos ocasiones. Con 24 años abandonó el futbol por una grave lesión en la rodilla que arrastró hasta los 50 años en que decidió operarse de esta lesión.

Para recuperarse de la operación de rodilla, comenzó a andar en bicicleta y quedó enganchado. Terminó la recuperación y empezaron los retos. Acompañando a su hijo a participar en la copa catalana de ciclismo, pensó que no había ningún motivo para quedarse en la grada y se apuntó él mismo a la copa catalana de ciclismo (en su categoría). De esta manera acompañaba a su hijo y participaba en la copa.

Poco a poco fue mejorando sus capacidades, lo que pierde con los años lo recupera con creces al entrenar. Joan es una persona convencida de los beneficios que el deporte aportan al bienestar y salud de las personas. Física, mental y emocionalmente los beneficios de practicar deporte, y en su caso ciclismo, se notan. Es una forma de vida que le permite ser ordenado en sus hábitos, no fumar, no beber y realizar una alimentación saludable. El ciclismo es un deporte aconsejado para cualquier edad, igual que la natación al no ser un deporte de impacto, las articulaciones no sufren. Los entrenamientos ayudan a mejorar el estado de forma y se puede practicar al nivel de exigencia que se quiera/pueda.

Después de un tiempo participando en la copa catalana, Joan decidió dar el salto internacional y conocer otros países con su bicicleta. Turismo en bicicleta. Francia, Italia, Austria, Alemania, Bélgica le brindaron la oportunidad de enfrentarse a los puertos más importantes de las grandes vueltas (Tour, Giro, Vuelta). Para él, alcanzar la cima de uno de estos puertos, después del gran esfuerzo que supone superar rampas imposibles y kilómetros que no terminan, es una sensación indescriptible. Una de las aventuras inolvidables que ha realizado es la vuelta en bicicleta a Islandia que realizo en modo supervivencia cargando comida, ropa y tienda en sus alforjas. Sobre la isla el recuerdo que guarda es el de ser una joya de la naturaleza. Con alforjas supero también el paso Stelvio (24 kilometros y 80 curvas), puerto más alto subido en el Giro de Italia. Después de probar la modalidad de viaje con alforjas confiesa que prefiere hacerlo solo con bicicleta, sin equipaje.

Paso Stelvio

El siguiente paso, ya de forma natural, son las competiciones internacionales. Ha participado en 6 ocasiones en la Titan Dessert, en 2015 junto a su hijo con motivo de los 70 años y décima edición de la carrera. También la Marruecos on Bike junto a sus dos hijos en 2018. Para él, los momentos más bonitos en bicicleta han sido estas dos ocasiones en que ha participado junto a sus hijos en estos dos grandes retos del desierto. También ha participado en otras carreras importantes como Mediterranean Epic, Pilgrim Gaes y para este año 2019 quiere repetir en estas dos carreras (la Mediterranean Epic ya la ha hecho) y también la Marruecos on Bike. La lista de marchas y eventos locales en los que ha participado, sería interminable de listar.

Joan Babot junto a sus hijos después de terminar la Marruecos on Bike

Para Joan, practicar ciclismo forma parte de su vida y no concibe para él otra manera de vivir. Recomienda a todas las personas que practiquen deporte, ciclismo o cualquier otro, no necesariamente para competir, pero para mejorar el modo de vida y la salud a cualquier edad. Su lema: Una persona no envejece cuando le arruga la piel sino cuando se le arrugan los sueños y las esperanzas.


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