Bicicletas y Torreznos 2024

El fin de semana del 14 al 16 de junio estaba grabado en mi calendario porque se celebraba la tercera edición de Bicicletas y Torreznos. El encuentro de cicloturistas de la provincia de Soria organizado por los hermanos Casado dentro del proyecto Caminos de Frontera Cycling Zone. Este año acudimos mi hermano y yo. Y la organización disponía de vehículo de apoyo gracias a la colaboración de Ferrebikes Mio Cid, comercio de la localidad de partida dedicado a los cicloturistas y el mundo de las bicicletas. Este año, el recorrido discurría por el entorno vitivinícola de la denominación Ribera de Duero en la provincia de Soria y recurrentemente los campos estarían preparados para el cultivo de la vid.

Sábado

En esta ocasión con salida el sábado de San Esteban de Gormaz, localidad con 3000 habitantes y todos los servicios necesarios: supermercado, hoteles, hostales, restaurantes. Pero sobre todo una riqueza histórica y monumental que pudimos conocer gracias a las visitas guiadas preparadas para la mañana del sábado antes de pedalear. Aprendimos lo que fueron las comunidades de villa y tierra y como la repoblación de Castilla durante la reconquista influyo en el diseño de sus monumentos (iglesias románicas principalmente). Después de las visitas comenzamos a pedalear a las 13.00 y para calentar las piernas, una buena subida inicial hasta la atalaya islámica de Quintanilla con vistas increíbles. Para alguien de la montaña como nosotros, tener la visión en la lejanía de unos 50 kilómetros a la redonda impresiona. Bajamos de la Atalaya a la localidad de Quintanilla de tres barrios y continuamos hasta Rejas de San Esteban, donde la asociación local abrió su local social para que pudiéramos avituallarnos y refrescarnos. También nos enseñaron su horno tradicional y el espectacular frontón de 10 números. Todo eso en una localidad de 15 habitantes.

Continuamos a través de pistas agrícolas en buen estado hasta Alcozar, junto al frontón y a la sombra de unas arcadas típicas castellanas honramos el nombre de la quedada: degustamos una buena ración de torreznos. Dos vecinas del pueblo y socias de la agrupación local nos mostraron el museo etnográfico de “La casa del Maestro”, el lagar donde hacían el vino y el lavadero donde tienen un museo del textil tradicional. Muy agradecidos por su dedicación y tiempo a explicarnos todas esas profesiones tradicionales que ya se han perdido y de las que fueron testigo.

Nuevamente por pistas llegamos a Langa de Duero, donde además de avituallarnos pudimos disfrutar de una visita guiada de su torreón lleno de historia. Continuamos para terminar la jornada de 45km por la senda del Duero hasta el Monasterio de la Vid, donde nos alojábamos para pasar noche. Había dos opciones, hotel o albergue. No sin antes asearnos y regalarnos con una cena estupenda en el refectorio del monasterio. Al más puro estilo congregación religiosa del pedal.

Domingo

El domingo comenzó con un desayuno estupendo en las dos versiones de alojamiento. Buffet de gran hotel para coger fuerzas para pedalear. Una foto de grupo antes de salir frente a la puerta monumental de la iglesia del monasterio y partimos. Bueno, todos menos nosotros dos, que nos quedamos para arreglar un pinchazo y esa primera parte la hicimos un poco más tarde. Nos juntamos de nuevo con el grupo en Castillejo de Robledo. Y de allí ya continuamos junto al grupo hacia Valdanzo y Miño de San Esteban.

En Miño la asociación local nos recibió al olor de la panceta, careta de cerdo y huevos fritos para reponer fuerzas, así que pudimos relajarnos durante un buen rato y disfrutar del vino de las bodegas tradicionales de la localidad. También había fruta, que somos deportistas. Toda la energía que cogimos en este avituallamiento castellano, la tuvimos que usar para subir a los altos de Fuentecambrón. Puerto de primera categoría, o casi. Y de allí bajar un poco para recorrer el escondido cañon del río Pedro hasta Piqueras de San Esteban y continuar hasta Atauta. Esta última localidad situada en un cerro y con unas hermosas vistas de los alrededores.

Desde esta localidad y como era ya un poco tarde para volver hasta Pamplona, decidimos mi hermano y yo, que los últimos 5 kilómetros los haríamos por la pequeña carretera que une Atauta con San Esteban de Gormaz. Aún así antes de salir con el coche, nos dio tiempo a despedirnos del grupo que ya había llegado y desear vernos el año que viene otra vez.

Opinión

De nuevo un recorrido espectacular. Con gran interés cultural y gastronómico y explicado por guías profesionales. Implicación de las asociaciones locales para colaborar en la quedada. Recorrido ciclable y fuera de las carreteras casi todo el tiempo. Y cuando vas por carretera esta apenas tiene tráfico. Además, el alojamiento del sábado en un monasterio permitía dos opciones (hotel o albergue) e incluía cena y desayuno grandiosos.

Muy buen ambiente entre los participantes, algunas caras conocidas de años anteriores y varios compañeros del grupo “Ciclismo sin prisa”. Rodando tranquilamente y reagrupando el grupo en cada localidad, en esta quedada nadie se queda atrás. Bicicletas y Torreznos 2024 ha dejado el listón muy alto. En 2025 será difícil superar.

Notas personales

Este año el recorrido era un poco más corto en kilómetros que el año pasado, y para nuestras capacidades mucho mejor. Hicimos ambos días con solvencia y disfrutando hasta de las subidas. Track compartido.

Este año aposté por ruedas finas para mi MTB, usé las cubiertas Schwalbe Hurrican 700x40C y creo que para mí fue un acierto, aunque en las bajadas tuve que ir con prudencia y había zonas de pista arenosa, también había muchas zonas de pista perfecta y el segundo día bastante carretera como para sacarle partido y rodar ligero. Si no te gusta la sensación de inseguridad en bicicleta, recomiendo más balón en las ruedas, por lo menos 700×50.

Para el equipaje, usé una bolsa de sillín de 16L que me sobraba espacio porque elegimos alojarnos en el hotel, y en el frontal un bolso de 6L para artículos de conveniencia. En caso de ir al albergue hubiésemos necesitado llevar saco de dormir, que también hubiera cabido en la bolsa de sillín (uno pequeño). Era la configuración que me propuse el año pasado en esta misma quedada, y fue muy bien.


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